jueves, 15 de enero de 2009


« LA GRAN ALIADA DE ZP
¿ES EL ABORTO UN “DERECHO” DE LA MUJER? »
ABORTO Y SÍNDROME DE DOWN

Lo que voy a escribir a continuación sé que puede levantar cierta polémica (a pequeña escala, vamos, en la que yo me muevo) Pero lo escribo desde la convicción-irritación profunda.
En estos últimos días he tenido la oportunidad de compartir dos actividades en las que participaban niños con Síndrome de Down. Había políticos de otros partidos, llenándose la boca de lo mucho que apoyan a ese colectivo etc. etc. Uno de esos padres, buen amigo mío, me explicaba un día que sólo ellos (los padres) sabían realmente lo mucho que sus hijos les habían aportado y que la única razón para justificar un aborto por peligro de Síndrome de Down (un supuesto legal) era una cuestión de comodidad de los padres: “algo comprensible” me añadía, pero injusto, porque no se basa en el derecho a la vida del bebé, sino en la comodidad de los padres, una supuesta comodidad que, insisto, es una menudez al lado de lo que un padre de niño con Síndrome de Down recibe a cambio: “desde que tuvimos a Julián, somos mejores personas y él es un niño maravilloso” me decía orgulloso.

No puedo estar más de acuerdo contigo, amigo mío. Muchos de los que presumen de defender a los niños con Síndrome de Down y que tanto predican con lo digna que es su vida, luego creen que lo mejor si te enteras de que tu futuro hijo puede estar afectado es que no nazca. Y encima se ríen de Sara Palin y la llaman fanática por decidir tener a un bebé con Síndrome de Down.
¿En qué quedamos, la vida de los niños con Síndrome de Down es digna de ser vivida o no? Yo AFIRMO CATEGÓRICAMENTE QUE SÍ y acuso de hipócritas a aquellos que antes de nacer les recetan el aborto y luego para sacar votos aseguran que las izquierdas les defienden con políticas sociales.
Entiendo las motivaciones de unos padres que decidan abortar después de saber que su futuro hijo tendrá Síndrome de Down. Les entiendo, no les juzgo, pero eso no significa que piense que está bien. A los que sí que condeno es a los que les animen a hacerlo.

La búsqueda de una sociedad perversamente “perfecta” a través de las prácticas eugenésicas es nazismo. Así de claro. Convertir eso en un “derecho de la mujer” es sencillamente macabro.
Por mucho que se cambie o no la Ley del Aborto, la realidad es que en nuestro país se practica el aborto libre y mucho me temo que eso no va a cambiar, cambie o no la Ley. Lo único que nos queda a los que nos estremece este asunto es intentar sacudir conciencias y recurrir al último refugio de este largo y duro camino: el de la defensa de la vida y el de la libre decisión de los padres de tener a sus hijos sin dejarse influir por los apóstoles de la muerte. Eso, afortunadamente, todavía no nos lo han prohibido.

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